lunes, 14 de mayo de 2018

Kendo y las demás artes marciales


Tarde o temprano llega un momento en el que recibimos en nuestro dojo personas que cuentan con experiencia en otras artes marciales; ya sea Japonesas como Karate, Aikido, Judo, chinas como Kung Fu, Tai Chi, Wing Shun o de cualquier otra índole u origen a menudo suele ser más difícil para estas personas integrarse a la práctica de kendo que para alguien que no cuenta con experiencia previa. Esto es debido a los hábitos adquiridos en dichas disciplinas, las mentalidades programadas por sus maestros y la aptitud física desarrollada por cada practicante.

La postura
Lo primero que salta a la vista y suele interferir con el aprendizaje de kendo es la postura, a diferencia de muchas otras diciplinas, kendo usa el pie derecho por delante (la mayor parte del tiempo) manteniendo la espalda bien erguida y la separación de las piernas muy cerrada, teniendo el pecho expuesto hacia el frente en una posición de pie completa, mientas que la gran mayoría de las demás artes marciales, y muchos deportes en general manejan posiciones bajas, con las rodillas flexionadas y la espalda ligeramente encorvada. Estas diferencias hacen que el principiante pierda la postura adecuada para kendo repetidamente mientras practica y vuelva a la postura que por hábito le es más cómoda.





Lo más recomendable en este caso es hacer mucho hincapié en los ejercicios de Kamae y Ashi Sabaki, prestando especial atención en explicar el propósito de cada movimiento al practicante.

La etiqueta

Si bien en todas las artes marciales japonesas, el rei es similar, aun entre estas hay sutiles diferencias, más aun entre disciplinas que provienen de otras culturas o incluso la falta de etiqueta marcial por completo, debido a la naturaleza de entretenimiento o deporte que puede tener por ejemplo la lucha grecorromana o el boxeo.


Nuevamente es importante instruir el porqué de cada detalle en la etiqueta del dojo y no simplemente enlistar el Rei-ho que se espera del practicante, esto deberá repetirse frecuente mente clase tras clase hasta formar el habito que deseamos en nuestros alumnos.

La importancia de te no uchi
A pesar de que el combate es algo vital en la práctica de kendo, algo que es muy distinto a otros deportes de contacto y artes marciales y que involucran combate, es el uso de la fuerza y el cuidado hacia el oponente. Si bien todas las artes marciales enseñan el respeto hacia el contrincante, muchas buscan el desarrollo del poder destructivo y la potencia de sus técnicas. Disciplinas como el Box o el Muay Tay buscan formar contendientes capaces de producir un knockout mientras que kendo busca que el practicante pase de rápido a lento, de fuerte a suave en un instante, tal habilidad requiere de un atento control del uso de las manos y la fuerza usada en nuestras técnicas.



Para este propósito, el instructor debe estar atento a la intensidad con la que el practicante realiza sus movimientos, no solo en combate, sino incluso en el suburi, más que comúnmente, los artistas marciales que han practicado Karate, Tae Kwon Do u otros artes marciales similares, tienen la noción de que cada movimiento debe ser hecho con toda su fuerza, esto no es incorrecto para la práctica de estas disciplinas, pero a menudo cuando se practica kendo, estas costumbres llevan a una dificultad mayor para entender te no uchi y a un desgaste físico innecesario.

El uso de la distancia
Indudablemente este es uno de los aspectos más difíciles para un practicante de kendo que tiene un perfil marcial previo, especialmente si nunca a usado un arma blanca en su enseñanza anterior. Como es obvio, kendo requiere el uso de la espada, pero su manejo difiere mucho de otras disciplinas que puedan manejar un arma similar, siendo parecido únicamente a la Naginata o al Juukendo. No es tan suave en su ataque como la esgrima, tan coreográfico como el uso de armas del Kung Fu, ni tan libre en su uso como el Chanbara. Siendo la distancia entre los oponente, no la de sus cuerpos, sino la del shinai, es muy común ver a los practicantes acercarse demasiado al oponente, alzar las manos para proteger la cabeza, saltando hacia atrás y adelante para “agarrar” el ritmo de la pelea o atacando para tratar de retroceder inmediatamente, en el peor de los casos echando la cabeza por delante al atacar.



Es fundamental remarcar en el practicante la importancia de una buena postura y que lo que debe alcanzar al oponente es el mono uchi de la espada, no el cuerpo mismo, ejercicios en pareja y un apropiado aprendizaje y repetición de kirikaeshi es lo más recomendable para esto.

Ante todo, lo que hay que recordar es que la experiencia previa de algún estudiante no tiene que ser un obstáculo si se maneja de manera apropiada y con atención personalizada para las necesidades de cada practicante. Las fortalezas y buenos hábitos adquiridos a través de la práctica de otras artes marciales puede ser un factor muy importante en el desarrollo individual de una persona, por lo que lejos de querer inhibir estos aspectos, hay que buscar la mejor manera de combinarlos con la práctica de kendo para sacarles el mayor provecho. La mejor prueba que hay de esto, son los grandes beneficios que tienen aquellos que practican kendo y iaido simultáneamente.

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